Reserva tu sesión de acompañamiento psicosocial.
“Narrar no es solo contar lo que pasó, sino descubrir cómo nos atraviesa. ”
— INSPIRADO EN BRUNER, WHITE & EPSTON, NEIMEYER
La narrativa no se limita al relato ordenado de hechos. Es una forma de pensar con el lenguaje, de organizar lo emocional, de hacer vivible lo que nos excede. Cuando esa narrativa se construye desde símbolos —imágenes, ritmos, metáforas, fragmentos— deja de ser solo discurso para convertirse en una forma expresiva del mundo interno.
Desde la psicología narrativa, Jerome Bruner (1990) propuso que el ser humano construye significado a través de relatos, no de categorías lógicas. Michael White y David Epston (1990), desde la terapia narrativa, mostraron cómo es posible reescribir la propia historia, externalizando el problema y resignificando el yo narrador. Robert Neimeyer, por su parte, ha vinculado la escritura simbólica con los procesos de duelo, identidad y reconstrucción del sentido tras la pérdida (1998–2022).
La narrativa simbólica no busca una verdad factual, sino una coherencia emocional. Puede tomar forma de diario, cuento breve, poema, bitácora, carta o incluso una palabra suelta. Lo importante no es el género, sino la posibilidad de abrir un espacio donde lo vivido pueda decirse de otro modo.
En este proyecto, la escritura no es decorado ni testimonio literal. Es acto simbólico de reconocimiento y transformación. Cada fragmento escrito, cada texto, cada respiración poética es una forma de habitar lo interno sin tener que explicarlo todo. Escribir, aquí, es también un modo de sanar, de resistir, de sostener lo que aún persiste y persistirá.